En Sant Feliu de Boada, un pequeño pueblo del Empordá hicimos un descubrimiento gracias al programa Joc de Cartes de TV3. En el programa vi que aquel restaurante era diferente al resto por el tipo de cocina que hacían. Para mí fue el claro ganador pero no fue así.
Cal Gall es un restaurante familiar, el hijo, Adrià, es el chef y la madre y su compañero (recomienda los vinos y cavas) están en la sala. Según Adrià su cocina la define como Glocal, utilizan productos de la tierra, frescos y de proximidad, pero le da su toque personal. Para mi es una cocina de fusión donde han apostado muy fuerte para que la gente de los alrededores prueben nuevos sabores.
No es la primera vez que los visitamos y como nos encantó nos llevamos a la família.
De primero pedimos unos entrantes:
Anchoas de l’Escala con jalea de vermut y uva
Las anchoas estaban perfectamente desaladas, sin espinas que es de agradecer.
Croquetas de «rostit» con salsa Perigordine y anguila ahumada
Las croquetas, creo que son una de las mejores que he probado en mi vida, nada tupidas y líquidas, se te deshacían en la boca, la combinación con la trufa era muy buena.
Calamares a la andaluza con mayonesa cítrica, finger lime y 5 espécias chinas
Los calamares eran estratosféricos, se notaba que eran frescos y su rebozado era crujiente, como tiene que ser!
Ostra Guillardeu nº2 en salsa corena
La ostra fue vista y no vista. Para poderos contar lo que sentí tendría que haber comido unas cuantas más. Normalmente las como al natural, notas su gusto al 100% pero hace unas semanas que me dedico a comer ostras cocinadas de diferentes maneras, y me encantan! Esta tiene un toque picante al final buenísimo pero nada desagradable ni persistente.
Llegaron los segundos.
Bacalao Mexi-català con mole verde de espinacas, crema de piñón y pasas con vino rancio.
Un lomo de bacalao como dios manda al punto de cocción.
Paella de marisco.
Cordero de rebaño, una espalda de cordero cocida a baja temperatura con curry de pepinos de mar, crumble de garam masala y cremos de «menjar blanc». Muy gustoso y tierno.
Médula con cocochas de bacalao al pil pil rebozadas, este plato inicialmente llevaba «ceps» crudos pero no tenían, lástima! esta combinación estaba buenísima, mirad la foto…
El vino que nos tomamos es el Pur de + Oller, un vino de la D.O. L’Empordà con syrah, garnacha y cabernet Sauvignon. Es un vino sabroso y afrutado con notas de frutas rojas y notas especiadas.
Finalmente los postres
Pastel de queso al vapor con crumble de especias, «aranyons» picantes y helado de leche de cabra i recuit de drap de la Fonteta con miel y nueves (a parte).
Los postres los acompañamos con un cava Claverol blanc de negres de Sumarroca, un gran reserva.
Cal Gall es un restaurante para ir con la pareja, la família o los amigos. Lo mejor el servicio, te aconsejan de vinos y cavas. Son muy atentos y siempre te ofrecen cuando has terminado de comer un chupito. Tengo que confesar que me encantó el meloncello.
Después del café, que por cierto es de buena calidad, un petit four también cortesía de la casa. En resumen, un restaurante con una buena carta que la suplementa con las sugerencias del dia. Si tienen pescado fresco del día, te llevan una plata con el pescado para que lo veas. Buena carta de vinos y cavas a precios ajustados. La calidad del producto es excelente, vale la pena ir!!!
Precio medio por persona: 50 € (contando vino, cava, 4 botellas de agua y postres)
