
Encamp, es un pequeño pueblo del Principado de Andorra. Allí hicimos un gran descubrimiento.
Borda Vella es un pequeño restaurante de montaña donde hacen cocina nacional e internacional. Un restaurante con encanto tanto para hacer una comida y/o cena en familia como romántico.
Me impactó la carta, muy cuidada, de cuero. Empiezas a leer y llegas a la conclusión de que no sabes queé escoger. Hay combinaciones tan geniales como el carpaccio de gamba con sorbete de te blanco y sal de algas y yuzu. Los foies, como el mi-cuit al vermut Carpano de Torino y compota de calabaza con nueces o un tataki de salmón con lichi, piña y uva moscatel confitados con leche y aceite de coco.
No fue fácil la elección pero lo mejor fue cuando vino el propietario para comentarnos la carta. De hecho nos explicó cada plato que había en la carta. Al final compartimos platos para probar más cosas.
De primeras nos trajeron una coca con butifarra negra que estaba buenísima. El dulce de la coca con el gusto de la butifarra era excelente.
De primero cogimos un steak tartar, como probadora de steaks debo decir que es uno de los mejores que he probado, me sobraban unas cuantas rebanadas de pan, creo que le quitan protagonismo a la carne.
Un carpaccio de vaca vieja con helado de frambuesas, mirad que color tiene la carne, delicioso.
El peque comió una hamburguesa de Wagyu con patatas fritas y salsa brava.
La carne estaba espectacular, un poco más echa de lo que habíamos pedido pero la verdad es que estaba deliciosa. Las patatas fritas, hechas artesanalmente estaban espectaculares y con la salsa brava era tremendo.
Nosotros pedimos para compartir rabo de buey al aroma ligero de chocolate negro con parmentier de patata y una espalda de cordero al horno.

El rabo de buey era muy meloso, se deshacía en la boca y la salsa era muy sabrosa.

La espaldita de cordero no necesitaba el cuchillo, solamente mirarla ya salía sola, la mejor espalda que he comido tanto en Catalunya como en España y mira que hemos comido unas cuantas!
Los postres no los hemos compartido, hemos ido por libre.

Tarta Tatín de pera con helado de piñón real, tienes que esperar 10 minutos a que hagan este postre,lo pone en la carta, pero vale la pena la espera.

Un brownie de chocolate que estaba delicioso y no era nada pesado.

Y el peque comió un helado de chocolate, para los amantes del chocolate éste es el postre ideal.
La comida fue acompañada por un vino negro de D.O. Jumilla, El Molar 2015.

Seleccionamos este vino porqué mi marido sabía que durante su crianza el vino estaba en un futre.
Es de color picota
En nariz, gran frescor, matices afrutados y balsámicos.
En boca es fresco, sabroso, entra muy bien.
Resumiendo en un restaurante para volver a ir, un restaurante para disfrutar comiendo, un restaurante donde el servicio es correcto, no empalagoso, que los platos están cuidadosamente emplatados y que después de pagar quedas satisfecho.
El precio medio por persona es de 50-60 € siempre dependerá del vino que tomes y de los postres.