En medio del pueblo de Falset encontramos un magnífico hostal, se llama Sport y también es hotel. Este hostal es del 1923 y lo fundó el bisabuelo Jaume.
Como fuimos a la fira del vi, aprovechamos para comer y escogimos este restaurante.
Este restaurante tiene 3 salas, una en la entrada donde hay la barra, luego pasamos a un salón muy grande y dentro de éste hay otro más pequeño.
La carta era correcta, platos con productos de la tierra. Cocina mediterránea, catalana y de presentación moderna, como a mi me gusta. También hay un apartado con sugerencias.
Nada más sentarnos en la mesa nos pusieron unes aceitunas arbequinas, qué maravilla!
De primero escogimos una tortilla con salsa, este plato era obligatorio, ya que es muy típico de esta zona y no la habíamos probado nunca. Nos hacía mucha ilusión y estábamos a la expectativa.
La tortilla estaba buenísima, lo que hay al lado es un trozo de bacalao con «mongetes del ganxet», éstas son muy diferentes a las judías normales, tienen un gusto muy suave, una gran cremosidad y la piel no se percibe. Dicen que es la mejor del mundo! La salsa era del mismo bacalao, una combinación perfecta!
Después pedimos unas anchoas del Cantábrico (para mí las mejores) con unas gotas de melmelada de tomate.
Las anchoas estaban al punto, sin ninguna espina, limpias y pulidas.
Los segundos platos nos costó más decidirnos ya que había platillos muy interesantes, finalmente nos decidimos por estos dos:
Carne de cordero con salsa de mostaza
Presentado en forma de cilindro que particularmente lo encuentro muy bonito a la vista, pero la vista no es todo, estava perfecto de cocción, con un gusto exquisito.
El otro plato era un mar y montaña, unas manos de ministro o pies de cerdo deshuesados con gambas.
Espectacular! para mojar pan!
El pequeño de la casa comió unas costilitas de cabrito rebozadas que eran una delícia, eran tan buenas que su padre y yo estábamos peleándonos para ver quien comía una costillita. Iban acompañadas de unas patatas al horno que estaban al punto de sal.
Como íbamos en moto, mi marido no bebió vino, pero yo no puedo comer esta comida sin al menos una copa. La camarera nos recomendó l’efecte volador, de la bodega Josep Grau Viticultor, justamente habíamos comprado una botella de vino blanco de l’efecte Volador, donde nos había encantado. Lástima que no cogiéramos una botella de vino negro, realmente estaba muy bueno.
Vamos por los postres!!!
Un postre clásico, de toda la vida, pero que le han dado una vuelta, pan con aceite de Falset, chocolate y sal. Yo no que no soy muy chocolatera, me encantó!
Y el último postre, que no podía faltar, después de tanto vino también tocaba productos tan de la tierra como el membrillo y el queso, una combinación tremenda y más este queso de oveja del Tormo, buenísimo!
Finalmente nos tomamos los cafés, momento culminante para terminar este festín. El café estaba a la altura de lo que comimos.
El servicio muy bueno, teníamos un maitre que era un hombre muy agradable y la camarera que hizo muy bien su trabajo.
Resumiendo, el hostal Sport es un sitio muy recomendable, para ir con pareja o en família, con un producto y calidad excelente y te guardas la targeta para poder ir otra vez.